sábado, 3 de agosto de 2013





            EforyAtocha


Tres poemas (inéditos) de 

Margarita Vélez Verbel
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Corazón



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No he ido a ningún sitio


He estado guardada en este trozo que es mi corazón


No he ido a lugar distinto ni he padecido


sufrimiento distinto al de mi propia partida, al de


mi propia llegada


No he tenido sed distinta a la de mi propia sed


Ni agua, ni respiro ni desazón que no me haya 


surcado aquí en mi centro.
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El pan

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En casa nada nos cobijaba

La soledad y la impotencia de tener que 


doblegarnos


Por un pan, por un techo


Solos e invisibles para el resto


Nuestro dolor era una decoración en el mundo de 


los adultos


Callados entre cuatro paredes


El silencio se cernía, la impunidad sobre nuestras


Vapuleadas vidas.







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Laura
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Yo que he sido Margarita


Que he nacido en este hueso y en ésta médula


Ya que he llorado de mi ojo por mi ojo, por mi 


herida.


Que he sentido en la médula médula


Y en el dolor dolor y en los ojos la lágrima


Y en mi axila el sudor


Yo Margarita que he parido a Laura Alejandra


Yo que envejezco y muero


Le pido a Laura que con la gota de amor que de su 


infante humanidad reboza me arrulle como a una 


niña.


Que en su médula y en su columna vertebral me 


guarde y me perdone por haberle regalado mi 


temor 


y mi dicha


Por haber postergado mi humanidad en ella


Por haber sido la flor mientras ella será el ramo, la 


rama vigorosa del árbol.


Ante ella mi aullido, mi voz, mi presente en esta


línea, mi fracaso, los sueños buscados y no logrados


Mi pequeña Laura de ojos inmensos que me tiende 


la mano como un puente entre el pasado y el futuro


Entre el recuerdo y el porvenir


Mi voz llena de todas las voces


Mi arrullo a la hora de dormir, guardarme entre tu 


carne como yo te guardé nueve meses.


Flecha que lanzó al vacío


Coloca tu aire, beso, tus labios en mi frente


Y como la niña que vuelvo a ser por la gracia que 

con tu niñez me concedes, llévame a tu 

reino, guíame de nuevo al espíritu

profundo de la niñez y la fantasía

De la libertad y la vida

Guárdame en tu axila

Y dentro de tu saliva


Para que tu madre vuelva, para que tu madre 


juegue de nuevo


Arrúllame.



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